De espíritu creativo y madre arquitecta ecológico-urbanista, Pedro Almeida desarrolla una singular pasión por la naturaleza, el arte y el estudio de las formas junto a un fuerte compromiso con el medioambiente. Para él es más que urgente tomar consciencia y acciones respecto de la sobre-explotación de la Naturaleza y su contaminación.

 

Gracias a una investigación permanente y al desarrollo de la observación, Pedro va dándose cuenta de que la mayoría de problemas existentes en las sociedades actuales radican en el diseño de éstas y en el enfoque que se le da al tan alabado “desarrollo”.
Al observar las formas de vida de la civilización humana y las del mundo Natural, el joven realiza que la Naturaleza está integralmente diseñada con formas y procesos que le permiten autorregularse. A raíz de esto plasma la siguiente reflexión:

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